Cuando hay cambios en el clima natural debido al calentamiento global, esto sin duda puede afectar a las focas. La mayoría de ellas viven en la Región de la Antártida, donde el hielo se está derritiendo, y con el hielo su hábitat natural. Si bien estos cambios no tienen lugar de un día para otro, pueden ser el resultado de muchos años de altas temperaturas en el área. Las focas entonces deben encontrar formas de adaptación, no podrán reproducirse tantas veces o deberán trasladarse a otros lugares donde encontrar más comida.
Las focas dependen de las corrientes de aire fresco para atraer su comida. Cuando las temperaturas se hacen más cálidas, hay menos y menos alimento. A pesar de que pueden sumergirse a grandes profundidades, tienen dificultades para encontrar suficiente comida para sobrevivir, a continuación, la población de focas comienza a reducirse pues no hay suficiente comida para todos. La madre no estará lo suficientemente sana para alimentar a sus crías con la cantidad de leche que necesitan para prosperar y más de ellos terminan abandonados por la madre que debe encontrar su propia fuente de alimentación.
El hecho de que su deseo de criar pueda ser alterado por las temperaturas cálidas, da miedo también. Cuando las focas no tienen crías los números caen drásticamente y les extremadamente difícil volver a subir. También se cree que con temperaturas más cálidas pueden adquirir diferentes enfermedades y virus, una gran preocupación, ya que rápidamente pueden acabar con un gran número de focas.
Sin embargo, estos cambios en el clima y las temperaturas no son todos males para otras especies de focas. Los científicos han encontrado que las focas que viven en climas más cálidos, como las que radican a lo largo de la costa de Hawái se están reproduciendo más debido a estos cambios. Se cree que tiene que ver con las abundantes lluvias y las temperaturas más calientes que en el pasado. La investigación también muestra que las hembras se están moviendo más lejos para encontrar comida y agua. Cuando están fuera del alcance de los machos dominantes, son más receptivas a los avances de otros machos en el grupo.
Esta es una buena noticia, pues significa que también que habrá una mayor selección en el acervo genético para las generaciones futuras. No es infrecuente que un macho dominante se aparee con hasta 25 hembras en el grupo por temporada. Esto puede continuar durante muchos años, siempre y cuando ese macho sostenga su posición en el grupo. La adición de más variedad a la piscina genética de las focas puede ayudarlas como especie a ser capaz de adaptarse más fácil a los cambios en su ambiente natural.
Los movimientos entre grupos enteros de focas, en zonas más secas pueden deberse a la falta de agua fresca. Este es un gran problema con el cambio climático que puede alterar por completo el lugar natural donde estas focas son capaces de sobrevivir. Debido a que son animales muy adaptables, continúan avanzando para encontrar agua, pero muchos expertos temen que el actual cambio climático pueda hacer que sea prácticamente imposible para los grupos de focas continuar sobreviviendo en las grandes áreas que han sido su hogar durante décadas.
El problema del cambio climático para las focas está directamente relacionado con los seres humanos. Cuando tomamos acción para cambiar la liberación de toxinas en el medio ambiente hacemos cambios positivos de los que las focas se benefician, sin embargo, puede tomar un tiempo muy largo el revertir los efectos de lo que ya está hecho. Es por esto que la acción inmediata debe suceder, no son sólo las focas las que se beneficiarán de ella, los seres humanos y todos los animales en la naturaleza también lo harán.